Callos, durezas, ampollas, verrugas... ¿son lo mismo, verdad? En realidad no lo son, y comprender sus diferencias podría ayudarte a obtener el tratamiento que necesitas. Tratar estas afecciones incorrectamente podría ser más perjudicial que beneficioso, pero, por otro lado, dejar que el problema se resuelva solo también podría empeorarlo.
A continuación, puede encontrar más información sobre los callos y las verrugas, incluido qué es cada afección y cómo diferenciarlos.
¿Qué es un maíz?
Un callo es una protuberancia dura y amarilla que suele aparecer en la planta del pie. Se produce por fricción o presión , por lo que podrías ser más susceptible a los callos si:
- Tus zapatos no te quedan bien o ofrecen poca amortiguación
- Usas tacones altos con frecuencia
- Practicas deportes de alto impacto, como correr.
- Pasas mucho tiempo de pie o de pie.
Puedes descubrir más sobre qué son los callos aquí .
¿Qué es una verruga?
Las verrugas plantares (también llamadas verrugas plantares) generalmente afectan la planta de los pies y son causadas por el virus del papiloma humano (VPH). Esto significa que son contagiosas y pueden transmitirse de persona a persona al caminar descalzo en espacios compartidos.
Parecen una pequeña zona circular de piel endurecida, con muchos puntos negros en la superficie. Estos puntos son vasos sanguíneos coagulados causados por el virus, y la zona puede ser dolorosa al caminar.
La forma más común de contraer una verruga es caminar descalzo en espacios públicos o compartidos donde otras personas también caminan descalzas. Un buen ejemplo son los vestuarios y las piscinas.
Las diferencias entre un callo y una verruga
Ahora que ya sabes qué es cada una de estas afecciones del pie, ¿cuáles son sus diferencias clave para poder distinguirlas?
En primer lugar, los callos y las verrugas pueden tener un aspecto ligeramente diferente. Las diferencias son pequeñas, pero existen. Los callos pueden ser ligeramente amarillentos y sobresalir ligeramente de la superficie del pie. Pueden tener forma cónica. Las verrugas, en cambio, suelen quedar más planas sobre la piel y no son tan amarillas como un callo. Su principal característica son los pequeños puntos negros en la superficie de la piel, algo que un callo no suele presentar.
En segundo lugar, puedes identificar cuál tienes por el dolor que te causa. Las verrugas suelen doler al pellizcarlas y, a veces, al aplicar presión. Puedes sentir como si te pincharan con una aguja pequeña. Los callos, en cambio, duelen al aplicar presión (como al apoyar todo el peso en un pie).
Finalmente, puedes buscar líneas identificables en la piel. Al igual que una huella dactilar, la planta de los pies tiene ciertas líneas identificables. Si tienes un callo, seguirás viendo estas líneas, incluso con la piel endurecida; sin embargo, con una verruga, estas líneas podrían ser mucho más tenues o incluso inexistentes.
Tratamiento de verrugas y callos
Como los callos y las verrugas son causados por diferentes cosas, su tratamiento también será diferente.
Las plantillas de gel pueden ayudar con los callos, ya que reducen el impacto en la planta del pie. Las plantillas ZeroSole Reliever alivian la presión que causa el callo en lugar de simplemente suavizarlo, y se pueden personalizar para dirigir la presión lejos del callo. Debe evitar el uso de apósitos para callos, ya que contienen ácido salicílico que puede quemar la piel.
Para las verrugas, no siempre es necesario el tratamiento, ya que suelen desaparecer solas con el tiempo. Si la verruga le duele, considere tratarla. Existen diversas cremas, aerosoles y apósitos. Sin embargo, el NHS advierte que estos pueden tardar hasta tres meses en hacer efecto y no garantizan resultados. Si el problema persiste, un médico de cabecera puede intentar congelar la verruga para que se caiga.