Los callos y las durezas son molestias comunes en los pies, pero es importante saber cómo identificarlos cuando aparecen. Conocer la diferencia entre una ampolla y un callo, o entre una dureza y una verruga, puede ayudarle a elegir el tratamiento adecuado para retomar sus actividades cotidianas lo antes posible. Entonces, ¿qué es un callo?
¿Qué es un callo en el pie?
Los callos y durezas son áreas de piel endurecida que suelen formarse como resultado del aumento de presión en esa zona. Quienes realizan trabajos manuales pesados, como los trabajadores de la construcción, suelen tener callos en las manos, al igual que quienes tocan instrumentos de cuerda. Es útil pensar en ellos como una especie de capa defensiva que se forma para proteger la piel más suave, y ocurre lo mismo en los pies.
Aunque los términos se usan indistintamente, los callos y las durezas son ligeramente diferentes. Los callos son pequeñas áreas de piel endurecida, gruesa y elevada. Por otro lado, las durezas tienden a ser áreas más grandes de piel endurecida que no sobresalen tanto de la superficie de la piel. Ambas tienen causas similares.
La probabilidad de desarrollar un callo o una dureza depende en parte de tus actividades diarias. Si llevas un estilo de vida muy sedentario, es menos probable que desarrolles durezas en los pies que si corres maratones, por ejemplo. Cuanto más uses los pies y a mayor presión estén sometidos, mayor será la probabilidad de que desarrolles una dureza.
Sin embargo, no existe una relación directa de causa y efecto. Otros factores pueden influir, como la comodidad de los pies en los zapatos. Si las suelas de los zapatos no ofrecen suficiente amortiguación, los pies podrían estar sometidos a más presión que con una suela más gruesa. En este caso, las plantillas pueden ser una opción adecuada para aliviar las callosidades. Por ejemplo, puede que solo una pequeña zona del pie soporte mucha presión, en cuyo caso se recomienda un dispositivo de alivio de presión. La plantilla podría ser una solución sencilla para ayudar a que tus pies se sientan mejor más rápido.
Además de la piel endurecida en la superficie del pie, los callos también suelen presentar una "raíz" endurecida que crece hacia adentro. Existe la idea errónea de que extirpar esta raíz, además del resto del callo, evitará que la afección reaparezca. Sin embargo, si la presión a la que están sometidos los pies no cambia, la extirpación quirúrgica del callo solo será una solución temporal hasta que la piel endurecida se recupere. Por esta razón, el alivio de la presión es una de las maneras más efectivas de tratar y prevenir los callos a largo plazo.
¿Los callos son dolorosos?
En algunos casos, los callos y las durezas pueden ser dolorosos y sensibles. La intensidad de esta molestia depende de la ubicación del callo. Por ejemplo, un bulto de piel endurecida en la parte superior del dedo del pie podría doler solo al usar ciertos zapatos que rozan. Por otro lado, un callo en la planta del pie probablemente esté bajo presión todo el tiempo que esté de pie y puede ser más doloroso.
Esto, a su vez, puede tener un gran impacto en tu vida diaria. Si te duelen los pies constantemente, es probable que te resistas a salir a caminar por placer y prefieras caminar solo si realmente lo necesitas. Esto puede afectar tu salud y estado físico, así como tu bienestar psicológico. Si te sientes tentado a usar el coche o el transporte público con más frecuencia debido a esto, también puede tener un impacto ambiental y económico.
Además, es natural que el dolor y la sensación de no poder moverse con la misma facilidad habitual puedan deprimir el ánimo. Esto es especialmente cierto si sueles caminar o correr mucho. Aunque un callo sea solo una pequeña zona de piel endurecida, puede tener un gran impacto, por lo que conviene abordar el problema cuanto antes.
¿Son contagiosos los callos?
Si actualmente tienes un callo o una dureza, quizás te preocupe contagiarlo a otras personas en el baño, la playa o la piscina. Afortunadamente, los callos y las durezas se producen únicamente por el aumento de la presión o la fricción en una zona específica del pie. No se deben a una infección, por lo que no se pueden transmitir. Aun así, es recomendable usar siempre calzado adecuado en lugar de andar descalzo, ya que esto ayuda a amortiguar los pies y evita que las durezas se agraven.
Sin embargo, si su callo o dureza se infecta, existe la posibilidad de contagiar la infección a otra persona. Un callo o dureza infectada suele ser bastante visible, ya que la zona puede sangrar o supurar pus. En este caso, debe consultar a un médico o farmacéutico para que le traten la infección y mantener la herida cubierta tanto como sea posible.
- También debe buscar atención médica si:
- Tiene problemas cardíacos o circulatorios.
- Eres diabético
- Sus callos y durezas no mejoran después de tres semanas de tratamientos en casa
- Su dolor es lo suficientemente intenso como para impedirle dormir, ir al baño y vestirse normalmente.
En la gran mayoría de los casos, los callos y las durezas son una afección simple del pie que se puede remediar con tratamientos caseros como Plantillas antiescaras . Recuerda mantener una buena rutina de cuidado de los pies y podrás detectar y tratar callos y durezas con facilidad.