Si alguna vez has tenido callos o durezas, probablemente recuerdes lo incómodos que pueden ser y el gran impacto que pueden tener en tu vida diaria. A continuación, exploramos seis técnicas que puedes usar para mantener tus pies sanos y evitar que vuelvan a aparecer.
Cómo prevenir los callos
Le alegrará saber que la clave para prevenir la reaparición de callos y durezas es tener una buena rutina de cuidado de los pies, que también puede ayudar a proteger sus pies contra otras afecciones de salud .
Recuerde, si tiene diabetes, problemas circulatorios o enfermedades cardíacas, lo mejor es consultar con su médico de cabecera o podólogo sobre la mejor manera de mantener sus pies sanos. Esto se debe a que estas afecciones pueden agravar los problemas en los pies de lo habitual para la población general.
Entonces, ¿cómo es una buena rutina de cuidado de los pies?
Use calcetines gruesos
Una de las principales causas de los callos y durezas es la presión en las zonas afectadas del pie. Usar calcetines más gruesos podría ayudar a aliviar y distribuir parte de esa presión, además de proporcionar una barrera física alrededor de los pies para protegerlos. Esto también puede ayudar a reducir el riesgo de sufrir afecciones causadas por la fricción, como las ampollas.
Use zapatos anchos y cómodos
Muchos usamos pantuflas o zapatos la mayor parte del tiempo, lo que significa que pueden tener un gran impacto en la salud de nuestros pies. Por eso, es fundamental asegurarse de que el calzado sea de una talla cómoda. No dudes en probar tallas grandes si te cuesta encontrar la talla adecuada.
Recuerda que los zapatos nuevos suelen ser un poco incómodos si aún no se han ablandado. Sin embargo, si los has usado en casa durante periodos cortos, más o menos una semana, y no ves ninguna mejora, podría significar que hay un problema mayor y que necesitas probar otro par.
¡Un consejo! Asegúrate de usar el tipo correcto de calcetines al probarte zapatos nuevos. Si normalmente usas calcetines gruesos con tus zapatos de trabajo, por ejemplo, usar calcetines finos o medias al probártelos por primera vez puede hacer que elijas la talla equivocada por accidente.
Utilice la plantilla adecuada
A veces, el problema no radica en la talla ni en la forma del zapato, sino en su plantilla. Esta es la superficie sobre la que se apoya el pie dentro del zapato. Se fabrican según un estándar, pero no todos los pies son iguales, por lo que es normal que algunas personas necesiten una plantilla para mayor amortiguación o soporte.
Mejor aún, ¿por qué no solucionar dos problemas a la vez y probar nuestras plantillas antiescaras ? Estas prácticas plantillas amortiguan tus pies y alivian la presión en zonas propensas a callos o donde ya los has tenido.
Remoje sus pies en agua tibia
Gran parte del cuidado de los pies reside en lo que haces después de quitarte los zapatos. Remojar los pies en agua tibia (como durante el baño o la ducha) ayudará a suavizar la piel endurecida que se esté acumulando para que pueda tratarse antes de que se forme una dureza o callo.
No es necesario hacerlo todos los días, pero intenta remojar tus pies al menos una o dos veces por semana antes de usar una piedra pómez para que puedas estar al tanto. Cuanto más tiempo dejes la piel endurecida, más probable es que se formen callos o durezas.
Después del baño, asegúrate de secarte bien los pies con palmaditas. Dejar los pies húmedos puede propiciar la proliferación de hongos, que pueden causar afecciones como pie de atleta o hongos en las uñas de los pies. El agua caliente puede despojar a la piel de sus aceites naturales, así que, una vez secos, aplícate crema hidratante para evitar que se reseque.
Usar una piedra pómez
Una vez que la piel endurecida se haya suavizado con agua tibia, puede usar una piedra pómez o una lima para pies para eliminarla. Frote suavemente la zona para eliminar la piel endurecida hasta que no quede nada. Algunas personas prefieren enjuagarse los pies después para asegurarse de eliminar toda la piel endurecida. Si lo hace, asegúrese de secarse bien los pies de nuevo.
Hidratar la piel
El último paso es usar una crema hidratante o crema de urea para pies para mantener la piel de los pies bien hidratada. Esto ayuda a mantener la piel suave y flexible, además de reducir el riesgo de sufrir afecciones cutáneas secas, como talones agrietados. Una crema de urea es una buena opción si tienes callos o durezas, ya que descompone la proteína queratina en las capas externas de la piel, lo que ayuda a prevenir la acumulación de durezas.
Al hidratar los pies, masajee la crema en la parte dorsal (parte superior), el talón, el tobillo y la planta. No humedezca entre los dedos, ya que esta zona es especialmente vulnerable a afecciones como el pie de atleta si se humedece demasiado. Si usa una crema de urea para pies, es mejor aplicarla solo en la planta y concéntrese en las zonas propensas a la sequedad, callos o durezas.